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bibliotecario orco

Anoche, partida de Magic con Yav, Anonymous y una deliciosa damisela... (mi primera partida en... ¿una década?). Yav y Anonymous traían enooooormes bicharrachos de nombres impronunciables y aspecto tremebundo; a cambio yo saqué mi Bibliotecario orco... :OP
Duró un par de turnos encima de la mesa antes de las criaturitas de Yav lo dejaran frito :O(
Requiescat in pacem, sit tibi terra levis ;O)



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P.S.: probablemente no sea el mejor naipe de Magic del universo mundo, pero tampoco es cualquier cosa: obsérvese que mi bibliotecario orco es lector de Burroughs... ¿o tal vez se trata de su propio "almuerzo"? :OD

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P.S.P.S.: gracias, Yav y Anonymous, por la velada, fue muy agradable :O)

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P.S.P.S.P.S.: "Volverééééééééééé" (bibliotecario orco dixit) :OP

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P.S.P.S.P.S.P.S.: Y si somos los más friquis bueno y quééééééé, y si somos los más friquis bueno y quééééééééé...

Rex Libris, by James Turner

En estos últimos tiempos, cuando un algo es capaz de vencer mi pereza proverbial a la hora de postear, igual es que merece la pena echarle un ojo... Es lo que me ha ocurrido con este descacharrante y sarcástico cómic que recién descubro vía LISNews. El título del primer episodio (toda una declaración de intenciones): "I, librarian"...

Ahí va mi traducción del abstract de presentación:

La asombrosa historia del incomparable Rex Libris, bibliotecario de la Biblioteca Pública de Middletown, y de su interminable lucha contra las fuerzas de la ignorancia y la oscuridad. Con la ayuda de un dios arcano que mora bajo la sucursal de la biblioteca, Rex recorre los más remotos confines de la galaxia en busca de libros cuyo plazo ha vencido. Debe enfrentarse a increíbles enemigos, tales como los poderosos guerreros alienígenas que rehúsan pagar sus multas por retraso. Con sus gafas super-gruesas de culo de botella, y armado con un arsenal de armas de alta tecnología, provoca el terror entre los morosos recalcitrantes, es capaz de enfrentarse con aplomo a prácticamente cualquier enemigo, desde zombis hasta personajes literarios renegados de dominio público…

Dicho esto y si te lo pierdes... allá tú, pero... ¿qué estás haciendo aquí?????? :O)

Francisco Columna: recapitulación

Las andanzas y desandanzas del bueno de Francesco han tocado a su fin y es hora de recapitular: aquí van todas las entregas del tirón:

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Francisco Columna, I (en Bibliotecosas)
Francisco Columna, II (en Uno que pasaba)
Francisco Columna, III (en Deakialli)
Francisco Columna, IV (en TekaTeka)
Francisco Columna, V (en Alas y balas)
Francisco Columna, VI (en El documentalista audaz)
Francisco Columna, VII (en El documentalista enredado)
Francisco Columna, VIII (en Infoxicación)
Francisco Columna, IX (de nuevo en Bibliotecosas)
Francisco Columna, X (de nuevo en Tekateka)
Francisco Columna, y XI (de nuevo en Uno que pasaba)
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¿Para cuándo el próximo bibliofolletín? pues está por ver y valorar la respuesta popular :OP
Mientras tanto, si andáis muy faltos, ya publicamos no ha tanto otro relatín por entregas: La novela de un exlibris.

Francisco Columna, IX

Lo retomamos donde lo dejó Infoxicación; lo dejaremos donde lo retomará Tekateka...

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[...]
-Sí, sí –exclamó exaltada-; Dios no instituyó sacramento más santo e inviolable. Así es como un amor cual el vuestro supo conciliar sus esperanzas y sus deberes en un himeneo del corazón que el resto de los humanos no conocen, y vuestra esposa en el cielo os hablaría como yo os hablé si élla os hubiese oído.
-Élla ha oído, Polia –dijo Francesco, dejando caer su cabeza entre las manos y llorando.
-¿De modo –añadió Polia cual si no hubiese oído las últimas palabras- que dentro de tres días entráis en una de las órdenes religiosas de Venecia?...
-De Treviso –repuso Francesco-. ¡No quise vedarme la dicha de verla aún algunas veces!
-¿De Treviso, Francesco, donde no conocéis a nadie sino a mí?...
-¡A vos!

En aquel momento, la mano de la doncella se enlazó con la del joven pintor.

-No nos habíamos fijado –dijo Polia sonriendo- en que la góndola está ya de vuelta en el palacio. Pero ya nada más tenemos que decirnos en la tierra. Sin embargo, nuestro último adiós es dulce, porque nos hemos comprendido; nuestra próxima entrevista será aún más dulce.
-¡Adiós, hasta nunca! –dijo Francesco.
-¡Adiós, hasta siempre! –contestó Polia, que se colocó de nuevo el antifaz y dejó la góndola.

Al día siguiente Polia estaba en Treviso. A los tres días sonaba en el convento de los Dominicos la campana emblemática que anuncia la profesión de un nuevo religioso y su muerte para el mundo. Polia pasó todo el día en su oratorio.

Francesco se acomodó fácilmente a su nueva vida. A veces consideraba su entrevista con Polia cual un sueño; mas lo frecuente era que recordase hasta el menor detalle con alegría de niño, y llegaba hasta a felicitarse en su desgracia de haber inspirado un amor que no podía temer en lo más mínimo ni las vicisitudes de la edad ni las mudanzas de la fortuna. A poco supo compartir los días entre los deberes religiosos y sus ocupaciones de artista laborioso, unas veces pintando aquellos frescos puros e ingenuos que aún se admiran en el convento de los Dominicos, aunque la orgullosa suficiencia del arte moderno los haya dejado estropear, y otras veces reuniendo en un libro, objeto favorito de sus estudios, todas las impresiones de su genio y, sobre todo, de su amor.

Tomó como cuadro de esta obra vasta y extraña, en la que esperaba revivir por entero, la forma un poco vaga de un sueño, y nada más adecuado, según él, para representar, en su confusión aparente, el encadenamiento fortuito de las ideas de un solitario entregado a sus pensamientos.

Se sabe que en uno de los momentos en que le era permitido cambiar con Polia algunas palabras de ternura, recibió de ésta la seguridad de que aceptaría la dedicatoria del extraño poema, y hasta dicen que élla misma le ayudó con sus consejos. Por esto renunció desde luego a servirse de la lengua vulgar con que le había comenzado (lasciando il principiato stilo) para entregarse a aquella lengua, para lo que no tuvo ni modelo ni imitadores, que surgía al correr de su pluma de doctísimo enamorado de la antigüedad.

Un año llevaba en estos trabajos llenos de ilusión, y acababa de dar la última mano a su libro, cuando por los muros del convento se filtró la nueva que más podía lacerar el corazón de Francesco. El joven Antonio Grimani, más tarde almirante y dux de la República y a la sazón uno de los jóvenes más brillantes de la alta nobleza, la esperanza más alta de Venecia, había pedido la mano de Polia, y se decía que le había sido otorgada.

Aquel mismo día era el señalado para que Francesco entregara el libro a Polia. Se hizo superior al tremendo golpe, marchó al palacio y se detuvo en el dintel de la habitación.

-Venid, hermano –dijo Polia cuando le vio-, venid a comunicarme los secretos maravillosos de vuestro arte, tesoro que la humildad cristiana rehúsa al mundo y del cual nos hacéis confidente.

Al propio tiempo con el gesto ordenó a sus gentes que salieran, y Francesco quedó solo con élla.

Desfallecieron sus piernas, un sudor frío corrió por su frente, latió violento su corazón y su pecho se hinchó cual si fuera a estallar.

Polia levantó los ojos del manuscrito para mirar al fraile. La palidez de Francesco, el cerco amoratado de sus ojos, donde aún había señales de llanto; el temblor convulsivo de sus manos, lívidas y caídas, le dijeron lo que pasaba en el corazón de su amado. Sonrió con orgullo.

-¿Habéis oído hablar de mi cercano matrimonio con el príncipe Antonio Grimani?
-Sí, señora –respondió Francesco.
-¿Y qué habéis pensado, Francesco, de este enlace?...
-Que no hay ningún hombre digno de unirse a vos; pero que el príncipe Antonio es más digno que nadie y que tal enlace parece colmar los anhelos de Venecia y… los vuestros. ¡Que seáis dichosa siempre!
-Esta mañana me negué a casarme –replicó Polia.

Francesco miró a los ojos de Polia como preguntando si su boca había expresado su pensamiento.

-Sabéis bien, como nadie lo sabe –continuó Polia- que mi fe está comprometida y que lo está irrevocablemente; pero debo disculpar vuestras sospechas, porque vuestra fe me está asegurada por el sacramento que os liga al altar y yo no os di una prenda igual. Oíd, Francesco, mañana hace un año que pronunciasteis los primeros votos, y será en la última misa de mañana donde los haréis aun más indisolubles reiterándolos ante Dios. ¿Cambió durante este año vuestro modo de pensar acerca de la necesidad de este sacrificio?
-¡No, Polia, no! –exclamó Francesco, cayendo de rodillas.
-¡Basta! Tampoco cambié yo. Mañana asistiré a la última misa y me asociaré con todas las potencias de mi alma a los votos que vais a reiterar, para que sepáis siempre, Francesco, que entre el corazón de Polia y la inconstancia estarán siempre el perjurio y el sacrilegio.

Quiso contestar Francesco; pero cuando las palabras acudieron a sus labios Polia había desaparecido.
[...]

...radio kiwi documental...

Lo estoy escuchando y aún no me lo creo (pero ayer no bebí nada, así que debe ser real)... la primera emisión de radio dedicada a la documentación en España, RKD, Radio Kiwi Documental... y con un espacio dedicado a la blogosfera bibliodocumental (en esta primera emisión dedicado a tekateka) :OD

Manu: quiero un programa, quiero un programa, un pequeño espacio periódico en la programación, ande usté, ande usté... ;O)

Por favor, no dejéis de oírlo :O)

harrius potter en curiosa bibliographica

Inauguramos sección: curiosa bibliographica, en donde iré dando cuenta de mi chifladura librosa, afección inocua -excepto para mi bolsillo- que confieso padezco, y que me provoca cíclicamente adquisiciones bibliográficas absurdas (¿recordáis los libros guaterpruf?) que procuraré ir reseñando en un vano intento de acallar mi conciencia.



Comenzamos con mi extravagancia más reciente. Me pregunto cuántas ediciones existen de la saga de novelas de Harry Potter... seguramente miles, traducidas a cientos de lenguas... pues bien, yo también tengo una: Harrius Potter et Philosophi Lapis... sí, lo es, es una edición en latín. No me resisto a transcribiros el primer párrafo:

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-CAPUT PRIMUM-

PUER QUI VIXIT

Dominus et Domina Dursley, qui vivebant in aedibus Gestationis Ligustrorum numero quattuor signatis, non sine superbia dicebant se ratione ordinaria vivendi uti neque se paenitere illius rationis. in todo orbe terrarum vix credas quemquam esse minus deditum rebus novis et arcanis, quid ineptias tales omnino spernebant.
[...]
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Cualquier orate como el que suscribe puede si lo desea agenciarse un ejemplar aquí; yo daré razón del mío:

ROWLING, J. K. Harrius Potter et Philosophi Lapis. Translation by Peter Needham. Londres: Bloomsbury, 2003. ISBN: 1-58234-825-1. 249 p.

Francisco Columna, I

Francisco Columna, I

Mi ejemplar:
NODIER, Charles. Lydia y Francisco Columna: dos cuentos. Madrid: Calpe, 1923. 88 p.

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FRANCISCO COLUMNA

Es posible que se acuerden ustedes del abate Lowrich, con quien nos hemos encontrado en Ragusa, Espalatro, Viena, Munich, Pisa, Bolonia, Losana… Es un hombre excelente, saturado de erudición, que sabe una porción de cosas que nos agradaría olvidar si las supiésemos como él: el nombre del impresor de un libro pésimo; la fecha en que vino al mundo un necio, y otras mil particularidades del mismo jaez. El abate Lowrich tiene la gloria de haber averiguado el nombre auténtico de Kuicknackius, que se llamaba Starkius, pero que no fue –salvo el parecer de ustedes- el Polycarpus Starkius que escribió ocho endecasílabos impecables acerca de la tesis de Kornmannus De vitibus et doctrina scarabaeorum, sino Martines Starkius, que escribió treinta y dos endecasílabos acerca de las pulgas.

Aparte esto, el abate Lowrich merece ser conocido y estimado; tiene ingenio, corazón y pone grande y activa diligencia en servir a los amigos, y a más de estas bellas cualidades posee una imaginación rara y viva, que da atractivo a su conversación, salvo cuando se engolfa en el piélago de las nonadas de biografías y bibliografías. Yo sé a qué atenerme respecto de este inconveniente, y cuando en mis continuos viajes por Europa encuentro al abate corro a él en cuanto le veo, y aún no hace tres meses que le vi.

Había yo llegado tarde al Hotel des Deux-Tours, de Treviso; así que no tuve tiempo de poner el pie en la villa. A la mañana siguiente, cuando bajaba la escalera, vi delante de mí una de esas figuras singulares que tienen fisonomía de cualquier lado que se las mire. Un sombrero cual no hay otro, puesto en la cabeza como nadie se lo pone; una corbata roja y verde anudada al cuello de modo que por un lado sobresalía tres o cuatro pulgadas de la levita y por el otro no se veía; un pantalón no bien cepillado en una pierna, sucio en la otra y levantado coquetonamente su extremo sobre el tirante de la bota, y, por fin, la cartera inmensa, la cartera inseparable, bien atestada de títulos de libros, de noticias, de papeletas, de planos, de croquis, de tesoros valiosísimos para el erudito, pero que un trapero no recogería. Imposible equivocarse; aquél era Lowrich.

-¡Lowrich! –grité, y al instante nos abrazábamos.
-Sé adónde vas –me dijo tras del afectuoso cambio de saludos, y me indicó que había llegado a Treviso al mismo tiempo que yo-. Preguntaste las señas de un librero y te dieron las de Apóstolo Capoduro, que vive en la calle de los Esclavones. También yo voy a su casa, aunque sin ilusión alguna, porque visité dos veces su tienda en estos diez años últimos sin hallar otros libros viejos que las novelas del abate Chiari. La librería de viejo está perdida, muerta por completo, aniquilada; vinieron ya los tiempos bárbaros. ¿Tienes algo raro que pedirle?
-Te confieso –respondí- que me iré disgustado del norte de Italia si no logro llevarme el Sueño de Polifilo, del cual me dijeron que era cosa muy seria, y que si se le encontraba en alguna parte sería en Treviso.
-¡Si se le encuentra en alguna parte! –exclamó con prudente reticencia-. Porque el Sueño de Polifilo, o la Hypnerotomachia, para hablar con mayor claridad, de fray Francisco Columna, es uno de los libros viejos que los bibliógrafos designan con esta frase exacta: Albo corvo rarior. Lo que sí te aseguro es que si este cuervo blanco está en alguna pajarera, y no es posible dudarlo, no es de seguro en la de Apóstolo. Tan seguro estoy, que podría jurar por los manes de Manucio, a quien Dios tenga en su santa gloria, que si el perillán de Apóstolo consigue proporcionarte un ejemplar de la Hypnerotomachia con la fecha buena, que es la de 1499 (las demás ediciones entran en la categoría de los libros mediocres) quiero y puedo hacerte tal regalo a expensas de mi bolsillo, al que tal acto de munificencia no le ocasionará gran quebranto.
[...]

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Bueno, da comienzo el inventículo éste, espero que os guste :O)

Actualización: la siguiente entrega ya está disponible.

¿La pelota ahora mismo? en el tejado de Ferrán las deakialleras Yavannna Alas y balas... oooops: se nos han acabado los tejados... a ver qué hago con la pelota yo ahora... ¿qué hago? ¿qué hago?

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Actualización: recoge el testigo el documentalista audaz, como cumple a su apodo :O)

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Reactualización: la próxima entrega, la séptima, en el orgullo del bibliodocublogomundo, la recién galardonada El documentalista enredado :O)

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P.S.: disponible la octava entrega en la bibliobitácora chilena Infoxicación

...nuestro folletín libroso: state of the art...

Recién sacada de los virtuales tórculos la sexta entrega, con florido introito de Sir Mijail, el documentalista audaz, que se ha tomado además el trabajo de documentárnosla visualmente: es para verlo :O)

Recoge el testigo... pues el que suscribe: comienza la "segunda vuelta" para los animosos y para quien se anime...

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Rectificación: olé olé, el testigo en manos del orgullo del bibliodocublogomundo, El documentalista enredado... Ahí es ná :O)

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P.S.: recién publicada la octava entrega en Infoxicación

...el bibliotecario y la pizza familiar...

Inquieren en LISNews por el mejor chiste de bibliotecarios y ya hay varios postulantes; la mayor parte son variantes del clásico de la bombilla (¿cuántos bibliotecarios hacen falta para cambiar una bombilla?), otros son difícilmente traducibles (o igual no, yo, por mi parte, a lo que digan Alice & Tomás, de Quotes & Jokes, me remito...) Me quedo con éste:

- ¿En qué se diferencian un bibliotecario y una pizza tamaño familiar?

- Pues en que la pizza SÍ que es capaz de alimentar a una familia de cuatro personas.

:OD

...de Meléndez Valdés a sus libros...

- ODA XXXIV -

A MIS LIBROS (- 1814)

Fausto consuelo de mi triste vida,
donde contino a sus afanes hallo
blandos alivios, que la calma tornan
plácida al alma,

rico tesoro, deliciosa vena
do puros manan, cual el almo rayo
que Febo lanza esclareciendo el orbe,
santos avisos,

donde Minerva providente cela
sus maravillas, monumento ilustre
del genio excelso que feliz me anima,
libros amados,

do de los siglos la fugaz imagen,
donde, natura, tu opulenta suma,
del seno humano el laberinto ciego,
quieto medito,

nunca dejéis de iluminarme, nunca
en mi cansada soledad de serme
útil empeño, pasatiempo dulce,
séquito grato.

Vuestro comercio al ánimo regala,
vuestra doctrina el corazón eleva,
vuestra dulzura célica el oído
mágica aduerme,

cual reverdece la sonante lluvia
al seco prado y regocija alegre
la árida tierra, que su seno le abre,
madre fecunda.

Por vos escucho en el aonio cisne
la voz ardiente y cólera de Ayace,
los trinos dulces que el amor te dicta,
cándido Teyo.

Por vos admiro de Platón divino
la clara lumbre; y si tu mente alada,
sublime Newton, al Olimpo vuela,
raudo te sigo.

En la tribuna el elocuente labio
del claro Tulio atónito celebro;
con Dido infausta dolorida lloro
sobre la hoguera;

sigo la abeja que libando flores
ronda los valles del ameno Tíbur;
y oigo los ecos repetir tus andias,
dulce Salicio,

viéndome así del universo mundo
noble habitante, en delicioso lazo
con las edades que en hondo abismo
son de la nada.

Nunca preciados, do la suerte, oh libros,
lleve mi vida, cesaréis de serme,
ora me encumbre favorable, y ora
fiera me abata,

bien me revuelva en tráfagos civiles,
bien de los campos a la paz me torne,
siempre maestros de mi vida, siempre
fieles amigos.

Juan Meléndez Valdés (1754-1817)

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Mi ejemplar:
MELÉNDEZ VALDÉS, Juan. Poesías. Madrid: Espasa-Calpe, 1991. ISBN: 84-239-7217-8. 324 p.

...en donde vemos cosas a través de los ojos de un bibliotecario...

Kidsclick es un directorio que se autodefine como "web search for kids by librarians", proyectado y mantenido por bibliotecarios estadounidenses... a los que no les falta el sentido del humor: probad a abrir el directorio, bajar al fondo de la página y pulsar el enlace "What does this page look like through a Librarian's Eyes?": ¿Cómo se ve esta página a través de los ojos de un bibliotecario? :O)

...en donde presentamos nuestro folletín a escote...



  • ¿Qué?
    Pues un relatillo extravagante de jaez libroso intitulado Francisco Columna.

  • ¿Quién?
    Pues el literato, bibliófilo, entomólogo, opiómano, poeta y bibliotecario de la Biblioteca de El Arsenal, Mr. Charles Nodier (sí, el de la imagen), autor de más páginas de semejante cariz, como las tituladas El bibliómano.

  • ¿Por qué?
    Pues si os han parecido pocas las razones, pongamos que además porque la trama gira en torno a un incunable aldino muy en boga, la Hipnerotomachia Poliphili.
  • ¿Dónde?
    Pues en un selecto manojillo de bitácoras de postín... de momento aquí, allí, allá y acullá... la inscripción continúa abierta.

  • ¿Cuándo?
    Pues a partir de hoy mismito: permanezcan atentos a sus monitores :O)

la tira de libros de Joaquín Ureña


Joaquín Ureña. Tira de libros, I. Acuarela sobre papel. 46,5 x 150 cm.

No es descubrimiento propio, que me lo ha chivado arbiera y no es mi estilo apuntarme tantos ajenos :O)
Aunque pudiera no parecerlo por su meticuloso afán de verosimilitud, se trata de una acuarela, obra del pintor leridano Joaquín Ureña, y expuesta ahora mismo y hasta el 24 del presente en la Galería Ansorena de Madrid.
Gracias, arbiera

una casa de libros

... es lo que, literalmente, podéis contemplar en la página del artista Livio de Marchi. Talmente la traducción visual de La casa de papel de Carlos María Domínguez, novelita que ya fue objeto de comentario aquí.

Impactante, aunque no tan novedoso como pudiera parecer.

Vía librarian.net (un recurso excelente).

...en donde algo se propone y veremos qué se dispone...

Bueno, os lo voy a ir contando según se me está ocurriendo... Me traigo entre manos (literalmente) un ejemplar de 1923 de cierto relatín de tono bibliotecoide que pensaba ir posteando estilo folletín, por entregas, aquí en bibliotecosas, en plan Curiosa bibliothecaria. Y héme aquí ahora conjeturando... ¿y si lo posteamos por entregas todos a quienes nos apetezca de entre los bibliobitacoristas (vid. infra) que me hacéis la merced de pasar por aquí más o menos habitualmente? Es decir, yo posteo la primera entrega y anuncio que la segunda la podrán encontrar en otra_bitacora_que_se_apunte_al_invento.com, en donde se postea la segunda entrega y se avisa que la tercera aparecerá en cualquier_otro_bibliochalado.com y así sucesivamente...

Así al que le dé por leer nuestro relatín, se dará además un bonito a la par que instructivo paseo por el biblioblogomundo éste :O)

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Mmm... a ver, sigo vislumbrándolo... rectificación: que no nos tilden de integristas y/o corporativistas y/o endogámicos: donde dice "bibliobitacoristas" debe decir "bitacoristas" :O)

Pues lo dicho: los interesados si los hay que den fe de su interés en los Comentarios y nos organizamos...

...la biblioteca del paciente del doctor inverosímil...

Que aquí somos ramonianos y lo llevamos bien a gala es algo que a nadie se le oculta… La bagatela ("¡Viva la bagatela!", que decía aquél) del día la hemos tomado esta vez de El doctor inverosímil, en ejemplar que referenciamos abajo :O)

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LA BIBLIOTECA

Parecía una araña seca, de esas que cree uno que se van a mover, pero que después se ve que están muertas. Él había tramado toda aquella colección de libros que le envolvían, y, sin embargo, estaba muerto en medio de ellos. A la araña le sirve por último de mortaja su propia tela.
- Doctor, doctor… Yo me siento seco por dentro, completamente seco… No puedo ni tragar un poco de saliva de vez en cuando, esa poca saliva que es como el petróleo de nuestra vida.
- ¿Es que lee usted mucho? ¿Es que se está usted hasta las altas horas de la mañana trabaja que trabaja?
- Le voy a ser a usted franco… No… Estoy aquí siempre, sí, pero descabezo muchos sueños sobre los libros, y, sobre todo, miro sus lomos como el viejo verde que va a ver muslos de bailarinas a los Kursales.
- ¿Qué calefacción tiene usted?
- Calefacción por agua caliente.
- Entonces no es eso… ¿Es usted casado y vive una vida de pequeñas ruindades y mezquindades al lado de su esposa?
- No. Tampoco… Yo no soy más que un viejo lector… He coleccionado mis libros y nada más.
- ¿Y qué otros síntomas siente usted?
- Yo sólo siento que me van enterrando los días, que la tierra y el polvo me envuelven, que la caspa del tiempo cubre mi cabeza y me abruma…
Por las vidrieras herméticas entraba, tiñéndose con los colores de los cristales, una luz viva morada y rubia.
Los estantes de las librerías eran muy hondos y se quedaban con toda la luz, con los ruidos, con las palabras. Era como opaca y sorda la habitación por causa de las grandes librerías.
No sé por qué, mirando las librerías ya tuve la sospecha de que de aquellos recodos oscuros procedía aquella enfermedad que iba desustanciando y arruinando al pobre viejo.
Me acerqué a los estantes y quité un montón de libros de su sitio. Detrás había la espesa pelusa del polvo, esa lana que da como los carneros.
- ¿Pero cuánto tiempo hace que no limpian esta biblioteca?
- Muchos años… Porque no dejo que lo hagan, porque me lo desarreglarían todo.
- Deje que lo desarreglen… Esas apretadas anginas que usted padece, esa sequedad, ese empolvamiento interior en que siente usted que va siendo enterrado, todo eso procede de este polvo sutil que hay detrás de las librerías… El polvo peor del mundo, el más maligno, el más fino, el que sabe colarse mejor en el alma y ahogarla como una polilla, como una carcoma imposible de extirpar.

Ramón Gómez de la Serna. 1921

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Mi ejemplar:
Gómez de la Serna, Ramón. El doctor inverosímil. Barcelona: Destino, 1981. ISBN: 84.233.1110.4. 239 p.

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Más ramonismos en bibliotecosas:

...un libro de Caballero Bonald, por ejemplo...

UN LIBRO, POR EJEMPLO

De parte a parte rotas, como un puente
baldío, hojas
que fueron luz, hoy yacen ciegas,
desprendidas del sueño al que se asían
bajo el ojo feliz que las juntara.

Germen de un día, qué rebelión urgente
volcó en el tiempo, en su precario hondón
de constante ruindad.
Las letras,
las palabras, rangos perecederos,
con su luz momentánea, con sus frágiles nudos,
perdidas ya en un rapto de sospechas,
nada proclaman, ningún deseo fundan,
envolturas de un aire sin su mundo.

El libro aquel reposa en la madera
podrida de los años, convive acaso oscuramente
con el ávido sueño que en su fe se reclina.
Qué movimiento borrascoso
surge implacable desde el semillero
que se aferra a sus bordes, qué trámites de olvido
reducen a indigencia cuanto fue patrimonio
de un combativo pecho que lo irguió con su vida.

Una mano lo toca y se estremece el tiempo.
Se escucha allá en su fondo el vibrante estupor
de las cautivas hojas impregnadas.
(El libro está viviendo en virtud de esa mano.)
Después, palabra tras palabra,
piedra tras piedra, empieza a derrumbarse.
Ya es un eco en lo oscuro: lentas
sombras lo arrasan, ácidos del vacío
lo contagian de cautelosa herrumbre,
de erosión que primero fue entereza.

Un libro es un amor: un sustantivo mundo.
Lo no existente allí se transfigura.
Y al fin de su codicia es sólo amago
de caduca verdad, barrunto de evidencias,
reconstrucción de indicios cercenados.
Sólo se salva aquel que ya nació intangible.

José Manuel Caballero Bonald

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Caballero Bonald, José Manuel. Somos el tiempo que nos queda. Barcelona: Seix Barral, 2004. ISBN: 84-322-0880-9. 540 p.

los paisajes encuadernados de Gómez Losada

Hoy nos han hecho una visita: una visita como mandan los cánones: con regalo (-o tempora, o mores-) :O)

Y con un regalo como debe ser, pues un regalo lo es más si conlleva un descubrimiento (igual por eso los envolvemos, para poder des-cubrirlos). A lo que vamos: Gómez Losada pasó por aquí para revelarnos sus Paisajes encuadernados, nos han encantado y queremos hacerlos vuestros. Sólo hemos tenido ocasión de vislumbrar este par de imágenes, pero nos ha parecido que la mirada de Gómez Losada es hermosa: atenta, detenida y valorativa sobre el objeto/formato "libro", que parece apreciar morosamente pero sin obviar aspectos como su desgaste, su degradación, el paso del tiempo sobre ellos... ¿Medita sólo sobre el objeto "libro" o reflexiona también sobre el concepto? y, en su caso, ¿nos está hablando de su pasado, de su presente, de su futuro...?

Gracias por la visita, Miguel, y suerte con los proyectos actuales.

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paisajes encuadernados - unidad - óleo/papel 18x14x3 cm. 2003


paisajes encuadernados - vista de la instalación. 2003

...escatología bibliotecosa...

Anuncio publicitario de un laxante (hay un par de imágenes más en el enlace) :OD

Lo cojas por donde lo cojas, genial: nos lo envía Jaime (y van...) desde Pereira, Risaralda, Colombia: Jaime, un abrazo virtual desde allende los mares: cuando te decidas a abrir una bitácora es obvio que nos dejarás a todos a la altura del betún, mientras tanto gracias por compartir tus espléndidos hallazgos :O)


(la imagen la hemos tomado de coloribus.com)

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(Nos comenta Jaime que encontró el enlace en este blog colombiano que no conocíamos (es justo y necesario -en verdad es justo y necesario- mentar la fuente): http://www.pixtorm.com/blog/

...¿bibliotecarios en el Rock&Roll?....

Acabo de recibir la imagen por e-mail (gracias, Manuel, el post es tuyo) y no quepo en mí de gozo: por fin, bibliotecarios en el rock circus :OD

En concreto de la hornada de 1965 (buena cosecha aquélla) -no se pierdan la "signatura" de la portada del vinilo-, aunque por lo visto ya habían empezado a causar furor (¿uterino? juzguen ustedes mismos por la foto) entre las nenas del Macalester College de Minnesota allá por el año 1963...

Damas y caballeros, con todos ustedes, desde Minnesota y en riguroso directo... DEWEY DECIMAL AND THE LIBRARIANS :OD


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(El que me consiga un mp3 tiene premio de... bueno, tiene premio)