frente a los anaqueles el ojo errante goza
Umberto Saba (1833-1957) fue poeta y librero (no es el primero que aúna esta doble condición de los que han recaído por aquí). Regentó una librería de viejo en Trieste a la que alude esta hermosura de soneto (y van...) con la que he tropezado en este foro.
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Una extraña tienda de antigüedades
se abre, en Trieste, sobre una calle secreta.
Frente a los anaqueles el ojo errante goza,
de antiguas ediciones la pátina dorada.
Vive en ese lugar, tranquilo, un poeta.
De los muertos, en ese viviente lapidario,
cumple su obra, honesta y placentera,
del pensativo Amor, ignoto y solitario.
Morir deshecho por el fervor secreto
quisiera un día; sobre las amadas páginas
cerrar los ojos que han mirado tanto.
Y lo que de su tiempo no fue dicho
ni de su espacio, mucho más bello se lo dijo
el arte, mucho más dulce hizo su canto.
Umberto Saba
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