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Donne y la escatología bibliotecaria

John Donne (1572-1631), poeta, prosista y clérigo inglés, es un clásico de la literatura anglosajona bastante mal conocido por aquí. Sin embargo, es probable que muchos de nosotros pudiéramos citar unas líneas, o al menos una frase, de Donne (es más de lo que podríamos citar de tantos otros clásicos canónicos). Se debe al hecho de que Ernest Hemingway sonsacara un párrafo de las Devociones de Donne para encabezar una novela de singular fortuna cuya acción se enmarca en la guerra civil española, y, aún más, extrajera una frase de ese párrafo para darle título: Por quién doblan las campanas (y a la circunstancia de que la novela conociera una apreciable versión cinematográfica). La cita viene a ser más o menos de este tenor:

"Ningún hombre es una isla, completo en sí mismo. Cada hombre es un fragmento del continente, una parte del todo. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, tanto si fuera un promontorio, como si fuera la casa de uno de tus amigos o la tuya propia: la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy unido a toda la humanidad, por eso nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti."

Seguro que muchos la recordabais casi literalmente. Es una reflexión tan noble y expresada en una forma tan hermosa que se hace difícil de olvidar.

Si retrocedemos un par de párrafos en esa misma meditación de Donne, nos encontramos con este otro símil, no menos digno y hermoso y que nos compete mucho más:

..."all mankind is of one author and is one volume; when one man dies, one chapter is not torn out of the book, but translated into a better language; and every chapter must be so translated. God employs several translators; some pieces are translated by age, some by sickness, some by war, some by justice; but God's hand is in every translation, and his hand shall bind up all our scattered leaves again for that library where every book shall lie open to one another."


Que viene a ser algo parecido a esto:

..."toda la humanidad es un único libro de un sólo autor; cuando un hombre muere, no se arranca un capítulo del libro, sino que se traduce a un lenguaje mejor; y todos los capítulos deberán ser traducidos de este modo. Dios emplea varios traductores; unos fragmentos son traducidos por los años, otros por la enfermedad, otros por la guerra, otros por la justicia, pero la mano de Dios está presente en todas las traducciones, y su mano volverá a encuadernar nuestras hojas esparcidas para esa biblioteca en la que todos los libros estarán abiertos los unos para los otros."

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P.S.: cada vez me cuesta más vencer la pereza para actualizar Bibliotecosas... esto no pinta nada bien :O(

5 comentarios

Enrique -

Realmente ha sido maravilloso leer esta página.
Llegue hasta aquí buscando el texto de Donne, despues de haber visto la película "84, Charing Cross Road".
"...no preguntes por quien doblan las campanas"

Lautreamont -

No me agradezcas nada, me encanta tu blog. Soy yo el que debería dar las gracias por tener la oportunidad de visitarlo.

Mmmm, de hecho, no veo por qué no habría de no darte las gracias. Así pues, lo haré. Gracias, Iulius.

:o]

Iulius -

Muchas gracias por tu amabilidad y tu visita, Lautreamont.
La verdad es que Bibliotecosas me ha dado muchas alegrías, pero más antes que ahora, y estoy por declararla "bitácora en barbecho" hasta que tenga más razones para dedicarme a ella... pero igual no, quién sabe ;O)

Lautreamont -

La primera cita me parece fantástica. Es un planteamiento con el que me siento muy identificado. Me recuerda a la canción de Mishka, aunque posterior, que hace una metáfora parecida: "somos todos ramas de un mismo árbol".

Por cierto, espero que no renuncies a actualizar esto. Es demasiado bueno para perderse.

solodelibros -

Como soy pesimista en todo lo que se refiere al ser humano, me parece que lo de ser 'libros abiertos, los unos para los otros' no es más que una bonita utopía. Bastante es si nos abrimos lo suficiente para los libros con los que compartimos balda.