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bibliotecosas

las afinidades electivas

Tengo que reconocer que mi benemérita escuela de biblioteconomía y documentación no me había preparado para esto: ¡clasificaciones por afinidades!

No recuerdo ni cuándo ni dónde di con la primera referencia sobre el tema: alguien citaba un título decimonónico, el Libro de etiqueta de Lady Gough del que no he hallado noticia ulterior. Este manual victoriano por lo visto aconsejaba, en aras del decoro, “que los libros de autores varones no compartieran nunca estante en la biblioteca de un buen cristiano con los escritos por mujeres, salvo, eso sí, que los autores estuvieran casados entre sí.” (tal es el tenor de la cita que tengo copiada) :OD

Esta admonición hoy mueve a risa de puro mojigata, aunque somos conscientes de que las clasificaciones, incluso las que se pretenden más asépticas, no pueden evitar ser hijas del tiempo que las alumbró.

En su día condené la referencia por anecdótica y no había vuelto a considerar la posibilidad de una clasificación por afinidades hasta que di con el espléndido texto con el que quiero despedir el año, sonsacado de un relato libroso cuajado de sorpresas como ésta que ya habrá ocasión de postear ;O)

(para mejor entendimiento del extracto: un personaje A le cuenta al narrador los intentos de Carlos Brauer –el verdadero protagonista del relato– de organizar su desbordante biblioteca; los entrecomillados corresponden a las palabras de Brauer citadas por A).

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...Cuando se tiene una biblioteca como la de Brauer el fichero es imprescindible. Un hombre puede conquistar muchas lecturas, pero un conquistador se halla obligado a administrarlas.
...”Lo peor de todo”, me comentó, “lo que más trabajo me lleva, es el tema de las afecciones.”
Fue la primera señal de que algo no marchaba bien. Aquí mismo, donde está sentado usted, una tarde me explicó el trabajo que le llevaba no juntar sobre un estante dos autores peleados. No se atrevía a colocar un libro de Borges al lado de uno de García Lorca, por ejemplo, a quien el argentino calificó de “andaluz profesional”. Tampoco una obra de Shakespeare junto a otra de Marlow, dadas las insidiosas acusaciones de plagio entre los autores, aunque eso lo obligara a no respetar los números seriados de cada volumen en su colección. Tampoco, desde luego, un libro de Martin Amis y otro de Julian Barnes, luego que los dos amigos se pelearon, o ubicar a Vargas Llosa junto a García Marquez.
Callé, le digo, con tristeza, las señales de que mi amigo sufría una alteración mental. Me explicó que trabajaba en un sistema de números fractales, lo suficiente abierto para permitir el cambio de ubicación de los libros según criterios dinámicos (nunca conjeturales, enfatizó), porque al fin de cuentas nada había más voluble que las valoraciones literarias. De modo que si hallaba atendibles razones que rescataban una obra del olvido, o conquistaba una afinidad con otros textos, cambiaba su disposición en los anaqueles...
“Durante siglos hemos utilizado un sistema pedestre”, dijo entonces, “insensible al orden real de las afecciones. Quiero decir que Pedro Páramo y Rayuela son dos obras de autores latinoamericanos, pero para seguir el camino de una es necesario ir a William Faulkner y la otra nos lleva a Moebius...”
Nunca logré visualizar cómo era el sistema de clasificación de Carlos porque debí internarme para someterme a una operación y dejé de verlo por varios meses. Pero amigos comunes me pusieron al tanto de que trabajaba en su fichero, dedicaba muchas horas al estudio de las matemáticas complejas y, para asombro de la mayoría, advertían en él no solo signos de agotamiento, también de locura.
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DOMÍNGUEZ, Carlos María. La casa de papel. Barcelona: Mondadori, 2004. ISBN: 84-397-057-7. 110 p.

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5 comentarios

Barbol -

Mola, me quito el sombrero (cybersombrero) otra vez y bla bla bla

Excatedra -

Cuando se corresponden los planos impropios se tiene a la afinidad como caso particular de colineación. Características especiales de las afinidades entre espacios proyectivos son: la conservación del paralelismo entre elementos de la misma dimensión y los volúmenes de paralelepípedos

David Ch -

Mmmm 'Las Afinidades Electivas', buen libro de Goethe.

Yavannna -

Madre mía, madre mía.... me voy corriendo a mi biblioteca.. creo que tengo el camasutra al lado de Juan Salvador Gaviota!!! (seguro que están pegándose cuando yo no les veo!!!)

Antonio -

Una mañana encontramos todos los libros de religión católica desparramados por el suelo, compartían estantes con los de ética y filosofía, ahora empiezo a entender lo insensibles que fuimos al "orden real de las afecciones".