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Vivían y me hablaban o Los bibliotecarios como seres humanos

"Estoy sentado en una pequeña habitación, una de cuyas paredes está totalmente cubierta de libros. Es la primera vez que tengo el placer de trabajar con algo que parezca una colección de libros. Puede que en total no sean más de quinientos, pero en su mayor parte representan mis propias preferencias. Es la primera vez, desde que iniciara mi carrera como escritor, que me hallo rodeado por un buen número de los libros que siempre ansiaba poseer. Sin embargo, considero que el hecho de que en el pasado haya realizado la mayor parte de mi tarea sin ayuda de una biblioteca fue más una ventaja que una desventaja.

Una de las primeras cosas que asocio con la lectura de los libros es la lucha que he debido librar para obtenerlos. No poseerlos, advierto al lector, sino tenerlos a mi alcance. Desde el momento en que esta pasión hizo presa en mi ser, no encontré otra cosa que obstáculos. Los libros que buscaba en la biblioteca pública siempre estaban cedidos, y, por supuesto, jamás tuve el dinero necesario para comprarlos. Obtener permiso de la biblioteca de mi barrio —tenía en esa época de dieciocho a diecinueve años de edad— para que me entregaran una obra tan “desmoralizadora” como The Confession of a Fool (La Confesión de un loco), de Strindberg, fue sencillamente imposible. En esa época los libros prohibidos para la gente joven eran decorados con estrellas —una, dos o tres— según el grado de inmoralidad que se les atribuía. Sospecho que todavía sigue este procedimiento. Ojalá sea así, porque no conozco nada mejor calculado para satisfacer el propio apetito que esta estúpida clasificación y prohibición."

[...]

Henry Miller (1950)

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Lo que precede son los jugosos párrafos iniciales del primer capítulo de la obra referenciada más abajo... El capítulo luce un título muy bien traído: Vivían y me hablaban.

A la fuente, que es lo pertinente :O)

MILLER, Henry. Los libros en mi vida. Madrid: Mondadori, 1988. ISBN: 84-397-1468-8

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P.S.: huys, me dejaba sin citar la dedicatoria de Miller:

A LAWRENCE CLARK POWELL
Bibliotecario de la Universidad de California
en Los Ángeles

Sin desperdicio la confesión del autor en el prefacio: "...le debo mi actual habilidad para contemplar a los bibliotecarios como seres humanos." :OD

6 comentarios

Iulius -

No dudes que procuraré hacerme con la obra que me comentas, Magda: fío en tu criterio sin dudarlo :O)
Te agradezco la recomendación

Magda -

No conocía este texto de Miller y es estupendo. ¿Sabes? me recuerda mucho las palabras (y el tema) de Una soledad demasiado ruidosa, de Hrabal (sino la has leido te la recomiendo mucho).

Que tengas un lindo fin de semana.

iulius -

pues figúrate cuántas podría llevar, no sé, la \"Historia del ojo\" de Bataille... verdaderas constelaciones ;O)

Odd Librarian -

Me ha encantado el sistema de clasificación moral por estrellitas. ¿Cuántas llevaría una introducción a la bibliometría?

Iulius -

bueno, los hay humanos y "divinos de la muerte" :OD

Yavannna -

K chulo..

A pero somos humanos?? No lo sabia...